Calatonia y Psicoterapia

Calatonia puede integrarse a cualquier enfoque psicoterapéutico como una técnica que facilita la autorregulación y el bienestar. Sin embargo, para ser incluido en un proceso psicoterapéutico, se requiere todavía una formación que incluye no sólo el aspecto práctico de adquisición de las técnicas, sino también la adquisición de una base teórica en la psicodinámica.
Junto con esos requisitos, es esencial que los terapeutas que utilizan Calatonia y el toque sutil trabajen bajo la supervisión de un profesional con experiencia por un período de tiempo – sería poco ético profesionalmente lo contrario.

La integración psicofísica como propone Petho Sándor

Cuando incluyemos el cuerpo en la psicoterapia es necesario establecer un diálogo con él, a traves del tacto, el movimiento y la percepción sensorial. Cuando se aplican las técnicas de Sándor a la psicoterapia, estas van a facilitar el autoconocimiento, a traves de notar y sentir el cuerpo, reconociendo los signos de estrés y identificando las consecuencias del estrés en términos psicológicos, y, por último, mediante la creación de recursos para aliviar tensiones, el trauma, el malestar y desequilibrio.

El método somático sutil incluye formas no convencionales de tratar con el cuerpo: toques monótonos en las manos y los pies (Calatonia), toques sin contacto – a través de la calidez de las manos, el uso de los sonidos y una gran variedad de opciones que incluyen movimientos pasivos (el terapeuta mueve el el cuerpo del paciente), la vibración rítmica de los procesos óseos, a traves de la soltura de las articulaciones, etc.

Esta manera no convencional de tratar con el cuerpo permite el establecimiento de nuevas conexiones en el sistema nervioso central. Desde el punto de vista neurológico, estas nuevas conexiones son importantes porque hacen disponibles nuevas conexiones para recuperar los movimientos perdidos por razon de enfermedad, traumatismo físico o psicológico, accidentes, etc. Desde el punto de vista psicológico, estas nuevas vías neurales a menudo posibilitan la búsqueda de una salida a los conflictos, la resolución de problemas, una explosión de creatividad, etc.

Debido a su carácter no invasivo, el trabajo somático sutil no presenta efectos adversos.  El único consejo es elegir la técnica adecuada con buen juicio clínico.

Para los pacientes inquietos, partimos de donde están, ofreciendo técnicas que involucran su participación activa, pasando a técnicas menos activas con el tiempo. Para los pacientes hipocondríacos, entrenamiento autógeno puede alarmar y crear preocupaciones, en lugar de relajación. Para los psicóticos, el uso de las técnicas que les ayudarán sentirse presentes en la realidad física es recomendado.  Por ejemplo, el trabajo con la percepción de sus pies, las manos y la columna vertebral (estas partes del cuerpo son la representación simbólica de la base, la comunicación y el eje, respectivamente – elementos necesarios para recuperarse de una crisis psicótica). Los pacientes deprimidos o ansiosos se beneficiarán de ejercicios de conciencia y la respiración, y así sucesivamente.

Tocar el cuerpo de otra persona exige gran seriedad. No se recomienda el tocar ‘superfluo’ – uno nunca debe ir más allá de lo que se propone la técnica para evitar circunstancias que pueden llevar a las proyecciones y fantasías innecesarias.  El cuerpo y sus sensaciones son muy fácilmente interpretados eróticamente – saber cómo mantener límites apropiados ayudará a hacer frente a situaciones en las que se producen estas proyecciones.

Sólo podemos aprender a tratar el cuerpo a traves de interactuar con él. Esto significa que el terapeuta también aprende cómo tratar el cuerpo del paciente al experimentar el mismo tratamientos somáticos. Del mismo modo, un terapeuta sólo puede practicar la psicoterapia después de someterse a sí mismo un proceso psicoterapéutico.

Experimentar diferentes técnicas, aprender la relajación y la ‘técnica de mindfulness’, lo método de ‘Focusing’, ejercicios de liberación del cuerpo y de la mente dentro de un espacio diádico, todos son pasos muy útiles para el desarrollo de los terapeutas somáticos, tanto profesional como personalmente. Además, tomar conciencia de los propios problemas del terapeuta desde una perspectiva somática, mejorará la empatía del terapeuta hacia los demás, mejorará la coordinación física para aplicar técnicas y, finalmente, ayudará a desarrollar habilidades para identificar las técnicas más apropiadas para ser utilizadas con cada paciente.